sábado, 16 de mayo de 2009

"Elogio de la normalidad"


Dejamos el enlace a un claro y tajante panfleto español, que aborda la situación y los resultados de las protestas estudiantiles anti-Bolonia desarrolladas en dicho país. Acotaremos unas palabras escritas rápidamente y de modo casi viseral, esperando retomar el tema con mayor reflexión y mejores fundamentos, desde el contexto local. Pues creemos y hemos visto que los limites presentes en el movimiento estudiantil local, no difieren de los limites que puedan estar entrampando “las resistencias estudiantiles” en otros lugares del mundo.

Una seguidilla de manifestaciones y toma de espacios académicos se ha desencadenado el último tiempo en España. Los estudiantes están reclamando y oponiéndose al llamado Plan Bolonia, un proyecto planificado por la Unión Europea y que intenta reformar el sistema educativo a nivel continental, el cual deberá aplicarse a más tardar el próximo año.
La situación de la lucha que han emprendido los estudiantes españoles no escapa a la situación local surgida en los últimos años. Los objetivos que sostienen al movimiento anti-Bolonia (integrado en gran parte por las universidades más “críticas y contestatarias” de España) están determinados por la típica lógica estudiantil que reacciona coyunturalmente, preocupada por la pérdida de “beneficios y posibilidades” que brinda el Estado, o en este caso por la posibilidad de privatizar la universidad, condicionando al estudiante no sólo a este rol en particular, sino que además al de un mero cliente consumiendo el servicio de la educación.

Las lecciones resultantes de las luchas estudiantiles, vistas desde una perspectiva histórica, no han bastado para comprender que posibilitar las condiciones de un salto mayor, que trascienda el ámbito educativo. Actualmente, la situación fragmental del estudiante respecto de la situación general de la sociedad, constituye una amarga dicotomía entre posicionarse desde la trinchera de la resistencia y critica social mientras dura el rol de estudiante, o asumir que la miseria del medio estudiantil corresponde a un escenario más en el que se intenta especializar y normativizar nuestra conducta (seamos hijos de proletarios o de burgueses) en función de perpetuar la mísera del capitalismo y su tecnocracia.
Asumir que está miseria nos trasciende, tiende inevitablemente a asumir una tensión histórica entre quienes pueden estudiar “para desarrollar con mayor conocimiento sus capacidades” y entre quienes estudian para superar la tragedia o la condena a la pobreza. Por consecuencia, esto implica asumir la lucha de clases, posicionarse y enfrentar esta situación trágica. Esto significa que ya no será necesario luchar como estudiante, sino como sujeto o parte de una clase: como proletario, oprimido y/o explotado. Para sí finalmente, anular cualquier rol o patentacion respecto de nuestras vidas.

Nabat.

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